En un sistema acuapónico, el
agua, provee los macro y micro nutrientes a los vegetales de cultivo, y es el
medio por el cual los peces reciben además el oxígeno y donde emiten sus excreciones
que luego se depurarán, de ahí la importancia de controlar su calidad.
Los principales parámetros que
definen la calidad del agua en un sistema acuapónico son:
1. Temperatura
2. Oxígeno
disuelto. Es el parámetro químico que incide en forma determinante sobre la
calidad del agua, dado que, en su ausencia, los peces pueden morir en horas,
así como también a bajas concentraciones, puede disminuir considerablemente el
proceso de nitrificación, no llegando a completarse
3.
pH. Lo
ideal es mantener los niveles de pH entre 6,8 y 7,4. Monitorear el pH
regularmente es crucial, ya que un cambio repentino en los niveles de pH puede
ser letal tanto para los peces como para las plantas. Si los niveles de pH
en su sistema bajan demasiado, la nitrificación disminuirá o se detendrá, y el
amoníaco se acumulará a un nivel que es tóxico para los peces. Un pH muy
alto puede provocar un crecimiento deficiente de las plantas y un desarrollo
deficiente de los frutos y las flores.
4. Compuestos nitrogenados: aquí se
incluyen el nitrógeno amoniacal total (NAT),
formado por amonio no ionizado o amoníaco (NH3) y amonio ionizado (NH4+), los nitritos (NO2) y nitratos (NO3).
Cada uno de estos
parámetros físicos y químicos influyen directamente en los tres componentes
principales del sistema: peces, plantas y bacterias; motivo por el cual debe
alcanzarse una calidad de agua compatible en lo posible, con los rangos de
tolerancia específicos. Como referencia se toman los que aparecen en la
siguiente tabla.
Compuestos nitrogenados.
El ciclo del Nitrógeno
Durante la nitrificación, el NAT
es paulatinamente convertido en una primera fase o etapa a nitrito (NO2) y de
manera simultánea al producto final nitrato (NO3) por las bacterias nitrificantes
(Figura 5). Estas bacterias, pertenecen a dos grupos genéricos denominados Nitrosomas (productoras de NO2), y Nitrobacter (productoras de NO3). Dichas
bacterias son estrictamente aeróbicas, ya que el proceso, es básicamente una
oxidación.
El amoníaco es extremadamente tóxico para los peces, valores menores a
1 parte por millón (ppm), o miligramo por litro (mg/l), comprometen la vida de
muchas especies e incrementan el estrés en muchas otras, reduciendo el
crecimiento y provocando daños en los tejidos branquiales.
Los nitritos, son un producto intermedio en el proceso de nitrificación
y también son tóxicos para los peces en concentraciones relativamente bajas,
dependiendo de la especie. Una incompleta nitrificación producirá nitritos en
lugar de nitratos, disminuyendo el crecimiento de peces por estrés. Además,
también provocará en el sistema acuapónico una carencia de nutrientes para los
vegetales.
Los nitratos pueden llegar a ser tóxicos para los peces solo en
concentraciones muy altas, mayores a 300-500 ppm, valores que nunca llegarán a
concentrarse existiendo una apropiada densidad de vegetales en el sistema. Las
bacterias son absolutamente reguladoras del equilibrio en el sistema, ya que
cumplen la función vital de “desactivar” mediante esta transformación la
toxicidad del amoníaco, y a su vez dejar disponible el nitrato, el nutriente
principal para las plantas.